Paseando un día por Zaragoza, acogedora ciudad en la que resido desde el mismísimo día en que nací...un maravilloso 18 de octubre (obviamos el año...), descubrí una tienda en pleno centro, ¡que no había visto en mi vida!. La tienda en cuestión se llama "La Tartería" (Pza. Santa Engracia, 1) y en su puerta anunciaban ni más ni menos las últimas plazas para un curso de "Cupcakes y galletas decoradas".
Esto era una señal, ya me picaba el gusanillo del fondant, asi que ni corta ni perezosa me lancé a reservar una de esas plazas que me llamaba... María... María...
Fuimos un grupo de seis personas, en un ambiente muy agradable y distendido, nos facilitaron recetas y trucos que a mí, personalmente, me han servido de mucha ayuda. Nos llevamos a casa los cupcakes y galletas que hicimos en esas tres horillas (¡que se me pasaron volando!), y no pude dejar de mirarlos durante un buen rato... ahí encima de la mesilla del salón... los había hecho yo, que bonitos... y ¿eso me lo tenía que comer?, ¡no puedo!, pero David (mi David), mi querido esposo, insistió.
Veredicto: Impresionantemente buenos.
Os dejo unas fotillos para que veáis ¡porqué no podía comérmelos!.
Besos a mogollón.
María
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